El tigre y el león pueden ser los más fuertes pero el Lobo no trabaja para el Circo.
Vivimos con mi familia en Parque del Plata, a media cuadra de la playa. Nos despierta el sol, el sonido del viento y el canto de las cotorras.
Hoy fuimos a la Ciudad Vieja a hacer un trámite en un Banco, y mientras ibamos en el auto le contaba a Julia que hubo un momento en los primeros 20 en que amaba trabajar y vivir ese hormiguero. Despertandome cuando mi jefe quería, vistiendome elegante, atravesando en ómnibus Montevideo, corriendo de un lado para el otro, almorzando de tupper cuando se disponía, pero sintiéndome importante. No tenía un peso, pero cuando lo único que conocés es la carpa del Circo, cada trozo de carne que te da tu domador es agradecido, y cumplimos felices mes a mes nuestro show.
El LOBO no trabaja para el Circo
Pero la LIBERTAD te mueve, te agita el corazón, y empezás a ver en otros pueblos, que hay caminos distintos, de EMPRENDIMIENTO, que implican mucho sacrificio, estudio y aprendizaje eterno, pero que te permiten vivir una vida de Aventura, que nunca antes te habían contado.
Escapar del Circo no es fácil, pero EMPRENDER ES PARA MÍ Y MI FAMILIA, NUESTRO CAMINO DE LIBERTAD.
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